lunes, 9 de diciembre de 2013

El Aprendiz de Brujo


Desde un punto de vista los saqueos son una parte importante de cada fin de ciclo de estos 30 años de democracia ininterrumpida.  Y sin embargo, basta mirar el calendario para notar esta discordancia de tiempos entre unos y otros que le ponen cepo a cualquier analogía. Los saqueos de Córdoba de la semana pasada y que se extienden con menor intensidad a otras 10 provincias  no acompañan una descomposición acelerada del régimen político y de las condiciones de vida de las masas. El primero goza de buena salud y lo segundo más bien viene padeciendo un ajuste en cuotas por medio de la inflación. Estos saqueos intempestivos han irrumpido en la situación política sin que nadie se los viera venir y recuerdan a otras situaciones de este tipo: como la de 2010 cuando cientos, miles de familias de Soldati, el Conurbano, y el NOA se lanzaron desesperadamente a la ocupación de terrenos dejando, como ahora, varios muertos tirados en el piso.  Nuevamente el cepo a la analogía: la policía, en 11 provincias, está de paro. Ayer las protestas comenzaban a arañar al Conurbano y el gobierno de Scioli actuó con una celeridad y predisposición que ya quisieran gozar los metalúrgicos de Caló (¿o los docentes de Baradel?) y hace un ratito la Bonaerense, la nave madre de las policías bravas, aceptaba gustosa la oferta

No quiero repetir acá las cosas que vienen diciendo otros compañeros en sus blogs o que ya salió en el comunicado porque tengo acuerdo. La operación policial encontró un eco real en un sector postergadísimo de la sociedad que ¿por qué no habría de hacerlo? aprovechó la zona liberada para descargarse por obligarlos a (mal) vivir una existencia como ciudadanos de segunda categoría. Lo que sí quiero decir, es que por más que el Gobierno haya intentado toda la semana instalar la idea de un “movimiento destituyente” (fogoneado por un consejal massista) la huelga policial fue eso: una huelga, es decir, una puja por el salario (mas allá de los aspectos de “blanqueamiento” de los sobrecitos que todo rati cobra por debajo de la mesa por ser un alfil del hampa).  Y en ese sentido, la gorra está viviendo una muy buena paritaria ¿no?

De todos lados ya salieron a alertar esto, empresarios y periodistas del mainstream ya tienen pesadillas sobre el efecto derrame que esto puede llegar a generar en un movimiento obrero al que el sueldo le alcanza cada vez menos y que tiene una burocracia que, como dice Carpena, tiene en una mano un balde de agua y en la otra un bidón de nafta. Una huelga reaccionaria de una de las B muy deslegitimada puede ser el puntal para que otra de ellas busque relegitimarse. Ese es el cálculo político que todos deben de estar haciendo o más bien, el salto que hay que ver quién se anima a dar (aunque los médicos y los docentes cordobeses no se hicieron esperar mucho). En un país coyunturalmente dominado por Barones, las Armas y los Sindicatos se tientan por demostrar quién es el que verdaderamente manda, dónde están las verdaderas fuerzas sociales que operan detrás de la fantasmagoría de un régimen saludable pero que, en última instancia, es como el caracol de Full Metal Jacket que se arrastra sobre el filo de una navaja. 

Ahora bien, al mismo tiempo que estas fuerzas se desarrollan existen en la Argentina una franja de cientos de miles de obreros que se identifican en los reclamos que hemos levantado desde el Frente de Izquierda. El sábado pasado en la Convención Regional que hicimos en Wilde un compañero planteaba cómo el lema “los voté porque son de los nuestros” expresan distorsionadamente la voluntad de un sector minoritario (pero consistente) de la clase obrera de romper la camisa de fuerza del peronismo y poner en pie su propio Partido. Y este Partido, contará con una para nada despreciable inserción sindical de las fuerzas de la izquierda que existen actualmente. Muchas veces en la historia una situación de derecha ha girado abruptamente hacia la izquierda.  Una huelga reaccionaria, como el hechicero de la canción de Dukas, puede perder el control de las fuerzas que puso en movimiento.

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